El tiempo fue pasando haciendo imposible el regreso,
los reproches se acumulaban
la rabia cada día se sumaba,
perdonar tantos hechos
hubiera exigido demasiado esfuerzo,
las noches fueron cayendo
los sueños se fueron durmiendo
las ilusiones se volvieron quejidos tétricos,
la espera sucumbió en el olvido,
las tardes se impregnaron de añoranza,
transformándose en costumbre la desesperanza....
y una mañana, cuando ya nada quedaba,
cuando los sentimientos los creías en calma,
comenzaron a llover lágrimas
al sonido de una voz ya casi olvidada,
callados los dos,
sólo retumbaban en los corazones los latidos,
y mariposas azules bailaban en las entrañas,
ella, temblando, sólo dijo: "amor mío"
él, aterrado, contestó "quiero volver contigo".
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