El feminismo definitivamente lo hemos malinterpretado. Empezamos a creer que la igualdad de género y de oportunidades significaba volvernos como ellos, y llegar al punto en que perdimos todos los privilegios de ser mujer. No hay nada de malo en que nos sigan abriendo la puerta del carro antes de subirnos, que nos ayuden con las labores pesadas, no hay que ser autosuficientes, eso no significa debilidad de género. Equivocadamente empezamos a creer que vivir nuestras vidas libremente (sobretodo en lo que a las relaciones afectivas respecta) y autónomas era la clave, y la cagamos...porque aunque sí hay que vivir con libertad, eso no implica ser ni remotamente parecidas a ellos. La actitud de "super mujer" no es tan atractiva como creemos para ellos, ellos quieren poder tener una mujer al lado a quien cuidar, atender, que no lo pueda todo ni lo sepa todo.
Y lo más triste de todo es que perdimos todo el gusto por el romance (aparentemente) y empezamos a jugar una dualidad que es insoportable. Queremos que nos traten como reinas, como si fueramos porcelana, pero por el otro lado nos comportamos tan duras como si fuéramos una piedra y nada nos tocara, como si no necesitáramos de nada ni de nadie aparte de nosotras para vivir felices, y qué va.... si realmente todo lo que queremos es tener al lado a alguien que se esfuerce cada día por conquistarnos, enamorarnos y querernos por ser como somos. En qué momento fue que nos volvimos intolerantes al romance?? Cómo fue que creímos que comportándonos como unas perras íbamos a lograr lo que queríamos??
Lo peor de todo es que venimos a darnos cuenta tan tarde... cuando llevamos preguntándonos en silencio una y otra vez, por qué será que no conseguimos lo que queremos?? Por qué no nos hacen caso y no nos quieren los que queremos que lo hagan?
1 comment:
Creo que tanto hombres como mujeres buscamos a alguien que podamos sentir que le importamos y con quien contar. Y si es tan fácil como eso ¿por qué no nos lo permitimos? y dejamos tanta huevonada.
Lo que pasa es que algunas chicas creen que pueden dominar al mundo con un par de tetas o un cerebro luminoso, y se les olvida que las tetas al final se terminan cayendo y el cerebro se deteriora; y cuando llegue la hora de saber que es lo que han sembrado con el amor, que para eso no se necesita ni de tetas ni cerebro, se dan cuenta que los frutos no están del todo maduros.
Post a Comment