Tuesday, March 10, 2009

Weekend review


Jueves: Down, down...nada que unas Voll Damm y el güey no pudieran solucionar.

Viernes: Un poco resacosa, cansada, mucho trabajo y cero ganas de trabajar, sueño...
2 Horas de espera en la policía para poner una pinche denuncia y el policía intentando ligar conmigo (al menos estaba guapo, jeje!)... 5 p.m. y yo sin comer, sigo cansada pero me voy a buscarle un vestido a mi mamá, después de un par de horas, desistí. Reflexión: No sirvo para maratones de shopping.
Llego a casa, como algo pero no me gusta, descanso un poco y me preparo para irme al concierto de Mahoney. Concierto, rock, adenalina...el tan esperado reencuentro, nervios, tristeza, emoción... sentimientos encontrados, muy intensos y la despedida...PLOP!!

Sábado: Otro poco resacosa, cansada, comida con amigos del fulanito, y luego paseo por el centro de la ciudad... sol, bares, sueño y a la cama.

Domingo: Cansada (para variar), locha, pelis, pizza, cerveza y update de Lost!!

Resultado: Un diente roto, una teta quemada (todavía no entiendo como se logra sin quitarse ni una prenda!ja!), cansacio, nostalgia de arrunchis...y una maqueta por escuchar.

Friday, March 06, 2009

Fue amor


Después de darle mil vueltas en mi cabeza por muchos días, me decidí a ir. Tenía que hacerlo tarde o temprano y no quise darle más largas al asunto. En el fondo me hubiera encantado que hubiera sido una oportunidad de encuentro, lo quería, incluso creo que de alguna forma lo esperaba y hasta lo busqué, pero estando ahí me dí cuenta que la razón tenía que ganar y debía hacer lo correcto.

Volver a aquel lugar tan lleno de recuerdos, no fue fácil, sabía que no lo iba a ser, pero no me imaginé que fuera tan duro, devastador. Tenía miedo de ir, pero una vez allí no me quería ir, quería impregnarme del olor del ambiente, sentarme en aquel sofá rojo a ver tele o a tomarme una cerveza. Cocinar algo y esperar. Hablar, reir, caricias y a dormir. Darme cuenta que todos nos derrumbamos en algún momento, no es fácil de aceptar.

Parada en medio del corredor, miraba para todos lados como tomando fotos con mis ojos de cada rincón, para quedarme con la imagen de aquel lugar, tan suyo pero al mismo tiempo de los dos. Sabía que probablemente nunca iba a volver a pisar aquel lugar y eso me daba tristeza. Cuando me dí cuenta de lo que estaba pasando, mis ojos se llenaron de lágrimas, mi corazón otra vez se empezó a quebrar, y me di cuenta que era el momento de salir. No había nada más que esperar o hacer. Cogí mi bolsa llena de recuerdos, nuestros recuerdos, tristezas y alegrías, y me fui.

Lo bueno de caminar por la calle llorando, con clima de invierno y vientos de 100 km/h, es que no lo notas.