Finanzas??....Zzzzzzzz....

Pues sí, yo soy financiera y me gusta, aunque en los últimos años he tenido mis dudas (quién lo creyera...con 2 masters en finanzas). Me gustan los numeritos pero no en exceso; me gusta que, según creo, soy una financiera un poco atípica. Siempre me había tocado ir a la oficina en traje, tacones, etc., cosa que no me gustaba al principio porque me sentía disfrazada, pero que al final terminé asumiendo y finalmente acabé por transformar mi ropero considerablemente. No sé por qué se supone que "los de finanzas" supuestamente tenemos que vernos serios y responsables...y ñoños, mientras que si eres de marketing o diseñador, no. Claro que cuando veo a mis compañeros y sus pintas, empiezo a entender por qué tenemos esta fama. Fácilmente nos peleamos por el puesto de ñoño mayor con los informáticos. Mal...muy mal!!!

Pero el problema no es sólo la ropa, es la actitud también. Cuando me paseo mi oficina, me doy cuenta de lo aburridos que podemos llegar a ser, de lo poco sociables que son (yo no me incluyo), y de ahí la fama que tenemos. Somos los únicos que no organizamos cenas de departamento, ni nos reímos, somos la única área en la que nadie habla duro, y ni hablar de ponerte a hablar con el de al lado sobre cualquier trivialidad o el chisme de la semana. Ahí es donde me pregunto si estoy en el lugar equivocado, porque me gusta hablar, reirme, socializar y no sólo pasarme el día entero clavada en el excel.

Supongo que mi consuelo es que al menos ahora puedo ir a trabajar vestida como quiera, eso ya es un plus, pero aún así, seguiré siendo la chica a la que le preguntan en qué trabaja, responde que en finanzas, y le hacen una cara de "Qué aburrido!!!".

El espíritu navideño ha muerto

No sé en qué momento pasé de ser la más amante de la navidad, las luces, los regalos, el ambiente en general que se genera alrededor de esta fecha (aunque sea una fecha comercial y el tema del gentío por todos lados no lo soporte), a detestar esta época, a ni siquiera querer pensar en eso, en nada que se relacione con eso. Es cierto que esta ciudad no es que ayude de a mucho, porque aquí no existe ese ambiente ni ese espíritu navideño al que he estado acostumbrada toda mi vida, incluso viviendo fuera de mi país. Pero es que pasé de ser la que armaba el arbolito y decoraba toda la casa de mis papás, a no poner ni media guirnalda. Antes era feliz comprando regalos para mi familia, amigos y para mí, y ahora no le compro nada a nadie y no me compro ni siquiera un dulce. Me he convertido en algo como el Grinch, sólo que yo ni siquiera me pongo gorrito de papá Noel!

Hace un par de años, cuando tuve que pasar mi primera navidad aquí, decidí armarme un viajecito europeo con mi queridísimo JP y aprovechar que venía Mary de visita y se nos iba a pegar al plan. Aunque no estuviéramos con todo el espíritu al 100%, la pasamos bomba y de una manera diferente celebramos navidad y año nuevo. El año pasado, decidí irme a Portugal con Aristi, y pasar navidad con ella que era lo más cercano a familia que tenía cerca y el año nuevo en mi casita con Aristi y unas amigas. Estuvo bien, diferente pero bien (nada del otro mundo). Y este año....pues este año nada, la cosa va de mal en peor. Esta vez, no hay presupuesto para viaje, ni gente con la que pueda armar viaje, mi pequeña familia de amigos se han ido yendo y pues ahora pasé de ser la que armaba el plan, a pedir cupo en la celebración de alguien más. Y no me estoy haciendo la sufrida, es mi realidad y la asumo, pero es que me da rabia que esta época se haya convertido en una época triste, que no me den ganas de organizar nada con nadie, y claramente el plan de "puedo pasar navidad contigo?" no es que me mate de la emoción y me haga sentir muy bien.

En fin, supongo que he llegado al punto en el que si tuviera que pasar el 24 en la casita, viendo tele y comiendo algo rico cocinado por mi, no me importaría en lo más mínimo. Pero sólo por mantener mi orgullo y lo poco del espíritu navideño que está agonizante, me buscaré la vida, me compraré un regalo y cenaré como Dios manda.

Invisible

Hoy quisiera ser invisible. Sé que no lo soy, pero desde que me levanté me hubiera querido serlo. Detesto cuando el problema no es no querer trabajar o no querer levantarte, sino cuando quisieras no ser. Es un muy mal día para mí, como hace muuuucho no tenía. Fue un muy mal domingo y la situación se extendió hasta el lunes.

Definitivamente me he dado cuenta que no soporto el conflicto, pero soporto mucho menos la indiferencia, sentir que estoy sentada al lado de alguien que me evita y me ignora. Se va acercando la hora de salir del trabajo y no quiero irme, sólo para no llegar a la casa. Eso nunca me había pasado desde que tenía como 10 años y de camino a la casa sabía que cuando llegara mi papá me iba a regañar o a castigar porque había hecho algo malo. Aunque no es nada ni parecido y no he hecho nada malo, simplemente es una sensación similar de no querer entrar a ese lugar... ajeno, en el que a veces siento que estorbo.

Incienso, mirra y oro

Ya que no creo recibir nada ni en navidad ni en reyes, espero al menos poderme comprar estas cosillas post-época-navideña:

• Colchón nuevo, de los buenos. A ver si cambio la medio colchoneta esa del IKEA.
• Televisor nuevo, de plasma o LCD, me da igual. Me voy de sencilla y quiero uno de 20". Es sólo un gustico para no tener que seguir cambiando de blanco-negro a color según como mueva la antena en mi super televisor que se enciende con la misma ruedita con la que se sube el volumen (con eso lo digo todo...una reliquia!).
• Un disco duro externo, a ver si mi portátil deja de colapsar.

Sé que quería una ñapa, pero justo se me acaba de olvidar lo que era...en fin, con esto me conformo.

Navidad, donde estás??

Es cierto, la navidad es una fecha o época comercial, y en unos lugares se vive más que en otros, así como unas personas la viven y disfrutan más que otras. Supongo que el hecho de ser de donde soy y de tener una influencia tan grande de USA, hace que la navidad al otro lado del charco sea todo un acontecimiento, gústele al que le guste. Pero de eso a prácticamente nada, hay un precipicio. Dónde están las casas adornadas? Dónde estás las calles iluminadas y los árboles gigantes de navidad en las plazas o centros comerciales?? De no ser por el centro de la ciudad (en concreto el Portal del Ángel y Paseo de Gracia), y la vitrina de una que otra tienda, fácilmente podríamos estar en octubre. No sé por qué me sorprendo después de 2 navidades aquí (con esta 3). Pero qué es lo que le pasa a esta gente que no celebra nada?? Podrán ser todo lo rebeldes que quieran pero no se puede ir en contra de las fechas comerciales internacionales, dónde está la visión de negocio? No San valentín? No halloween? Y tampoco navidad?? No puedo con eso, necesito mi dosis de papá Noel, regalos y arbolitos, o mi espíritu va a pasar de agonizar a morir.

Palabras de película

"Cuántas vidas vivímos?, ¿cuántas veces morimos? Dicen que todos perdemos 21 gramos en el momento exacto de la muerte, todos. ¿Cuánto cabe en 21 gramos?, ¿cuánto se pierde?, ¿cuándo perdemos 21 gramos?, ¿cuándo se va con ellos?, ¿cuándo se gana?, ¿cuándo... se gana?. 21 gramos el peso de 5 monedas de 5 centavos, el peso de un colibrí, de una chocolatina. ¿Cuánto pesan 21 gramos?".

Sean Penn (21 gramos)

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"Mira nena, aquí hay una cuestión: el concepto es el concepto. Ésa es la cuestión. Por ejemplo, tú eres una mujer con estudios. Yo no objeto nada al respective porque soy liberal. Y no soy de ésos que andan diciendo que sois todas más putas que las gallinas... aunque lo piense. Pero, ¿y el concepto, eh? eh? ¡Amiga! A los hechos me repito!".

Manuel Manquiña (Airbag)

Unknown

Sin querer, desde la otra habitación ella escuchaba como su existencia pasaba de ser completamente desconocida a turbiamente conocida, cuando su nombre ni siquiera era conocido, y cuando se hizo referencia a ella, se hizo en términos de "la amiga". Cuál amiga?, pensaba ella. Será que más de 550 días del calendario no harán que merezca ser "presentada en sociedad", no porque de eso dependa su felicidad o su realidad, pero sí como una muestra de la importancia, el valor y reconocimiento...por parte de él.

Entre tanto, volvía a ponerse su capa y su antifaz. Y se dispuso a marcharse sin decir más. No había necesidad de palabras, las facciones de su rostro inamovibles, como si fuera la más importante de las invitadas.

Durmiendo con el enemigo

Ésta realmente es de las experiencias más extrañas que he tenido en mi vida, y aunque no es el primer hombre con el que comparto una cama, esto es (como diríamos en mi país) "la tapa de la olla".

Definitivamente no hay más rico que dormir acompañado, si esa persona es importante para uno, claro. Hacer cucharita, levantarte con un besito o un abrazo en su defecto, dormir calientica toda la noche, tener quien te consienta si estás cansada o triste... es deli. Aunque por otro lado tiene sus desventajas si la otra persona ronca, se roba la cobija y te deja aguantando frío, se atraviesa en la cama y te termina aislando a un pequeño pedazo del borde de la cama, etc. Pero comparado con mi caso todo lo anterior no es nada.

Que te despiertes con los ronquidos del otro, está bien, una movidita o un pequeño codazo y ya está. Que te despiertes porque el otro habla dormido mientras sueña, bueno, otra vez una movidita y ya está. Que te despiertes con el sonido o el olor de sus pedos, bueno...ya sabes que al día siguiente sólo le das lechuga... Pero que te despiertes con un ataque fulminante de patadas, en medio de la noche, de la nada, que el otro agarre a darte como si tu fueras un saco de Spalding para kickboxing, esto no tiene comparación. Entiendo que sea sonámbulo (no es la primera cosa rara que hace dormido), pero patadas??? Me sentí peor que balón de fútbol. Por qué no podía soñar con mariposas, o coches o alguna otra cosa que no involucrara golpes??

Al menos antes de acabar con mis pobres piernas y gracias a que me empecé a quejar, él se despertó, se dió cuenta de la zurra que me estaba dando y por supuesto me pidió disculpas. Por la mañana, fue un ataque de risa compartido de acordarnos de la escena, pero ahora ya sé que tendré que dormir con canilleras/espinilleras.

Vulnerabilidad inventada

Hablando anoche con el cuñis, me hizo reflexionar sobre aquella vulnerabilidad que creía se debía a la inferioridad de condiciones en las que nos encontramos aquí. El hecho de estar lejos de nuestro país, nuestra familia, nuestros amigos, nuestro habitat natural hace que seamos vulnerables a muchas situaciones, a mi modo de ver. Nos aguantamos comentarios y actitudes que seguramente en condiciones normales ni lo consideraríamos, cedemos ante situaciones y personas que a veces nos hacen replantearnos nuestra propia integridad o identidad, no sé.

Es posible que todo esto sea una situación creada por nosotros mismos para usarla de caballito de batalla frente a situaciones en las que no nos sentimos cómodos, o en las que nos replanteamos nuestra razón de estar aquí. Esto no tiene nada que ver con la soledad, esa sigue estando allí, pero ese es otro tema. Entonces me pregunto si realmente es todo producto de nuestra imaginación o algo que nosotros mismos nos inventamos para sentirnos mejor o justificar a los demás y a nosotros mismos cuando estamos tristes. Porque cuando estamos felices ahí sí que estamos en igualdad de condiciones con los locales, no nos hace falta nada y todo está bien (se supone). Y entonces de donde surgen esas "necesidades" que hacen que nos aferremos a cosas pasajeras o personas que a veces no nos aportan nada o por el contrario tienden a amargarnos nuestra existencia?

Hay un dicho que dice que "sarna con gusto, no pica", así que supongo que esa será la mejor forma de entenderlo y a lo mejor así dejemos de quejarnos tanto.