Tuesday, September 19, 2006

La historia de la "bola"

Estaba en mora de escribir sobre este suceso. Hace un par de semanas me dió faringoamigdalitis aguda o algo así que ya ni me acuerdo, pero el caso es que fue algo bien feo y molesto, me tumbó en la cama con fiebre y demás, me sentía completamente miserable y débil, como un trapo. Una mañana en la que prácticamente la infección en la garganta y la inflamación no me dejaban casi ni hablar, decidí irme a urgencias (pésima idea, ya verán por qué). Mi papá me había dicho esa mañana que me ponía una inyección de penicilina para que me empezara a mejorar pero como una incapacidad dada por mi papá no me sirve en el trabajo, pues tocó ir a urgencias para que allá me dieran una incapacidad que me sirviera.
El doctor, muy querido y todo, me mandó a ponerme la bendita inyección esa que todos detestan pero por la que yo estaba dispuesta a pagar lo que fuera con tal de salir de ese estado tan deplorable. Pues después de la prueba esa para ver si uno es alérgico o no, llegó el momento tan esperado, el pinchazo en la cola. Yo de cierta forma soy fresca para las inyecciones y de cierta forma me sentía tranquila de que fuera la "jefe" la que me la fuera a poner y no cualquiera inexperta por ahí, pero pues me equivoqué. La maldita vieja esta (y eso que me fui de decente, porque se merece peores calificativos) me ha puesto la inyección en la nalga izquierda (bastante doloroso, por cierto) y después de 2 segundos me dice: "ay muñeca, se tapó la aguja", y por supuesto eso implicaba sacar la aguja, cambiarla y volvérmela a poner, pero no, esta bruta no tuvo ningún inconveniente en sacar la aguja, destaparla a las malas ahí mismo y sin cambiarla ni nada, me la puso en la otra nalga. ¿Así o más dolorosa y traumática la postura de la bendita inyección??
Pues después de un par de días me mejoré de mi enfermedad (menos mal, sirvió de algo), pero con el paso de los días seguía sintiendo el mismo dolor o incluso peor, en el sitio donde me habían puesto la segunda inyección y por supuesto empecé a notar que estaba como inflamado, pues sí, después la cosa no solo se inflamó sino que se puso roja y más o menos lloraba del dolor sólo con rozarla. En una cita médica particular que tuve por otros motivos se me ocurrió mencionarle a la doctora lo de mi dolor y la inflamación cuando se la mostré pegó un brinco y me dice: "pero si lo tienes enquistado, se te encapsuló la inyección porque te la pusieron mal, hay que drenarte". PLOP!!! Ahí sí que maldije a la bestia esa que me puso la inyección en la maldita EPS esa, de nada sirvió haberla insultado en mi mente una y otra vez y haber sentido ganas de ir a reclamarle y demandar o alguna cosa por daños y perjuicios, pero qué va! con lo efectivo que es el sistema en este país, mejor deje así.
El dolor de esta "bola" que se me armó en mi nalga era tal que por prácticamente me tenía que sentar como si estuviera cagada todo el tiempo, y no contento con esto, para voltearme mientras dormía por poco y me tenía que parar de la cama darme la vuelta de pie y volverme a acostar, jeje (ahora me río). Entonces vino el tratamiento para quitarme la "bola" que consisitía en 3 pinchazos diarios alrededor de la bola con una cosa que ardía como un hijuemadre y ultrasonido, hasta ahí todo aguantable, doloroso pero aguantable. Hasta que se dieron cuenta que era inevitable la drenada. Este proceso consistía en clavar una aguja directamente en la bola y sacar todo lo que estuviera encapsulado, pero como era tanto y tan denso, tocó pinchar unas 3 veces, espichar como quien se saca una espinilla o barro (pero valga la aclaración que la bola tenía un diámetro mayor al de una bola de squash, gracias!!) y pues básicamente les puedo confesar que fue como un pequeño parto, fue inevitable gritar, empezar a ver estrellitas, sentirme mareada y todo.
Hoy por hoy, el dolor se ha empezado a ir, todavía tengo la "bola" pero reducida a más de la mitad, y los doctores dicen que puede tomar meses en desparecer. Por lo menos ya no me siento como si estuviera cagada, ja.
GRACIAS... JEFE!!!

5 comments:

Ivan said...

Gracias Jefe y gracias doctor Juan Luis Londoño. La ley 100 siempre tendrá una nueva sorpresa para dar.

Que se te mejore... la colita. Ja.

SALUI said...

Pobre Silvi!!! que desgracia tan infinita!!!! que vieja tan bestia!!! ojalá ya estes mejor. Cuidate!!

Anonymous said...

que mujer tan malvada y una hija puta en hacerte esoyo tambien tengo una bola ya que hoy me pusieron una inyeccion a m, pero espero no sea grave como tu caso, de ti debias haberla dejado en la ruina de la denuncia ue le ponias, suerte y agur.

juanito perez said...

A mi me paso exactamente lo mismo,tal cual y en este preciso instante espero a que me drenen,pero butano ya ni llorar es bueno,aparte tengo súper nflamadO el ganglio de la ingle,como puede haber gente que no se. In entre en su trabajo?,esa gente ni siquiera merece ninguna consideración ay que agarrarlos y ponerles una inyección igual para que sientan lo mismo,saludos

gozaderini said...

:(