La primera vez que te vi estaba de viaje, y tú también. No sé si íbamos en el mismo avión, no me fijé. Llevabas tus tennis iguales a los míos, sólo un poco más viejos y gastados. Cruzamos algunas miradas, hablamos y nos reímos, supongo que en ese momento no te vi.
La segunda vez que te vi, me invitaste un café, como no tomo café te dije que prefería una cerveza, sin saber que se convertiría en nuestra bebida favorita de encuentros. Llevabas nuevamente tus tennis negros. Cruzamos más miradas, noté tus pestañas negras adornando tus ojos brillantes y tu sonrisa encantadora. Hablamos por horas como si no existiera el tiempo, pero se hizo tarde y cada uno debía seguir con su vida. Nos despedimos en el metro con un beso en la mejilla, un pequeño abrazo y una mirada acompañada de un silencio suspendido y prolongado mientras nos alejábamos. Yo giré para verte, pero tu no volteaste a mirar. Caminé detrás tuyo y en la esquina te toqué el hombro, volteaste y...me viste...
La tercera vez que te vi, andaba en bici por la ciudad. Nos vimos, me dijiste "Hola!" y me diste 2 besos. Pedimos cerveza con la naturalidad de quienes se conocen hace años, solo una mirada de confirmación bastó para entender el mensaje. Esta vez ya no llevabas tus tennis como de costumbre, sino unas chanclas que dejaban ver tus lindos pies, delicados y blancos. Yo un poco nerviosa, no sabía que pensar. No me gustaba creer que lo que estaba pasando fuera casualidad o realidad. Hablamos, hablamos, nos reímos y hablamos. Te vi. No dejaba de mirar tu boca, tu sonrisa y tus dientes. Me encantó tu interés en mi, en todo lo que tenía para decir. Y yo disfrutaba de tu voz, tu forma de hablar, de reir, de soñar. Entonces...te vi.
Entre cervezas, largas conversaciones, muchas miradas, deseos e ilusiones, terminamos encontrándonos el uno en el otro. Tratando de negar lo innegable, sintiendo lo que pensamos había muerto, en un momento donde las palabras sobran, donde todo parece imposible, lleno de confusión y complicaciones, fuera de tiempo, de espacio, de posibilidades...aun así, me viste y yo...
Simplemente te vi.
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