A dream for an Insomniac

He soñado contigo en otro mundo, sin muros, sin barreras. Desnudos. Con la perfección de tus besos, tu mirada que me desarma, tu sonrisa que me desnuda y tus caricias que me desvelan.

He esperado sin prisa tu llegada, buscándote con secreta esperanza, y ahora que mi sueño te ha encontrado, quiero seguir soñando.

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Tanta gente que ha pasado por aquí, tantas relaciones, todas diferentes y a la vez tan parecidas, amor manifestado de mil formas, sexo bueno y otras veces no tanto, besos...muchos besos, ilusiones y sueños. Sueños que nos permiten volar, desaparecer, transportarnos y hasta convertirnos en alguna otra cosa o persona. Algunas veces los más simples son los que más nos cuestan y de paso los que más tememos. Nos cuesta trabajo creer que alguna vez se podrán convertir en realidad y entonces cuando eso pasa, entra el pánico y no tenemos otra opción que salir corriendo o enfrentarlo (cosa que casi nadie hace). En algún momento pensé que mis sueños se habían acabado, que con el pasar de las largas noches en vela, nunca iba a encontrarme de nuevo cara a cara con el amor. Ahora sé que nada es para siempre, pero también que todo es posible, y me asusta más que nunca, porque aunque esto implique emoción, ilusión, pasión, tranquilidad, alegría y logre despertar lo mejor de cada uno de nosotros; también implica dolor, frustración, tristeza y hasta confusión, y eso me aterra.

Quisiera pensar que lo que siento en este momento tendrá un buen desenlace, que esta historia tan apasionante y complicada al mismo tiempo no se va a derrumbar por miedos sin fundamento, por caprichos, por la falta de intención de poner ese granito de arena, aun cuando pensemos que no tenemos nada que dar. Esta historia que no es más que un sueño de una insomne que está cansada de buscar, que quiere que la quieran, como es, sin ataduras pero con convicción, sin pretenciones de ningún tipo, pero con complicidad y grandeza, que no busca perfección, sólo te busca a tí.